EL SALUDO A LA VIRGEN
Recordemos qué significan las palabras del Avemaría.
El Señor es contigo. Es la frase que los israelitas decían para animar a una persona con la seguridad de que iba a llegar al éxito. Ellos sabían que si Dio está con una persona, a esa persona le sucederán cosas maravillosas. Si Dios está con nosotros, ¿quién podrá contra nosotros? Por eso el mayor deseo de un israelita para alguien que amaba era éste: Que el Señor esté contigo. Y la mejor noticia para alguien era asegurar. El Señor está contigo.
Cuando Moisés nombró como su sucesor al joven Josué y éste sentía temor por lo que le pudiera suceder, Moisés lo consoló con esta bella noticia: “No temas, que el Señor está contigo”. Esto es lo que el ángel dijo a María es lo que nosotros le repetimos cada vez que le decimos el Avemaría: te felicito porque Dios está contigo y a tu favor.
Bendita tú entre todas las mujeres. O sea: tú eres la más bendecida de todas las mujeres. Cuánto bendice Dios a las mujeres. Muchísimo! Quizás más que a los hombres porque ellas son más piadosas y rezan más y aman más la religión. Pues bien, aunque Dios bendice mucho a las mujeres, hay una a la cual ha bendecido mucho más que a todas las demás, y esa mujer se llama María Santísima.
Y bendito el fruto de tu vientre Jesús. Eternamente Jesús será bendecido por todos los que somos sus amigos y por todos los que hemos sido salvados por Él. Cada vez que rezamos el Avemaría bendecimos a Jesús, fruto bendito del vientre de María. Y por eso es por lo que más amamos a nuestra Reina Celestial, por haber formado en su vientre al que nos salvó de nuestras maldades, al que nos conseguirá la eterna salvación. Jesús, el Salvador.