QUINCE ORACIONES DE SANTA BRÍGIDA

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QUINCE ORACIONES DE SANTA BRÍGIDA Las Quince Oraciones reveladas por Nuestro Señor a Santa Brígida de Suecia en la Iglesia de San Pablo, en Roma Editadas bajo sanción del decreto del 15 de noviembre de 1966, publicado en la Acta Apostolicae Sedis, tomo 58, número 16, del 29 diciembre de 1966. ORACIONES aprobadas por El … Sigue leyendo

​LA FAMILIA CRISTIANA Y EL REINADO DEL SAGRADO CORAZÓN

​LA FAMILIA CRISTIANA Y EL REINADO DEL SAGRADO CORAZÓN

Discurso del Venerable Papa Pío XII a los recién casados, 5 de junio de 1940


¿Cómo podríamos, queridos recién casados, dejar de hablaros del Sagrado Corazón de Jesús en este mes dedicado a Él, durante la octava de su fiesta? ¿Cómo podríamos no hablaros del Sagrado Corazón, manantial inextinguible de ternura humana y divina, en un tiempo en que vuestro afecto reciente, tembloroso, ya de esperanza al despuntar los sueños que iluminan vuestro porvenir, ya de temor en la explosión de las violencias que obscurecen la presente convulsa edad, se pregunta con angustia si existe todavía un rincón de la tierra donde dos corazones humanos puedan amarse en la tranquilidad y en la paz?
La paz, por lo menos la del alma, compatible con las agitaciones del mundo exterior, nos invita Jesucristo a buscarla en la devoción a su Corazón. “Aprended de mí —dice Él—, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis reposo a vuestras almas”.
Ser de la escuela de Jesús, aprender de su Corazón la dulzura y la humildad, divinos remedios para la violencia y el orgullo de donde proceden todas las culpas y todas las desventuras de los hombres, es el camino de la paz para los individuos y para las naciones mismas. Será también para vosotros la fuente de la felicidad que deseáis, y que Nos auguramos a vuestro hogar doméstico.
En las revelaciones llenas de amor que han dado en los tiempos modernos tanto impulso a la gran devoción hacia el Sagrado Corazón de Jesús, Nuestro Señor prometió entre otras cosas que “dondequiera que la imagen de este Corazón sea expuesta para ser singularmente honrada, atraerá toda suerte de bendiciones”.
Confiados en la palabra divina, podréis, pues, y querréis ciertamente aseguraros los beneficios de tal promesa, conservando en vuestra casa la imagen del Sagrado Corazón con los honores que le son debidos.
En las familias nobles, se ha considerado siempre como una gloria, mostrar esculpidas en mármol, fundidas en bronce, pintadas sobre lienzo, efigies de los grandes antepasados, que sus descendientes contemplan y admiran en los palacios, o en los castillos, con un sentido de legítimo orgullo.
¿Pero es acaso necesario ser nobles o que un retrato de familia sea una obra de arte, para que el corazón se conmueva ante la imagen de un abuelo o de un padre? Son innumerables las pobres habitaciones, donde en una tosca cornisa con piadoso cuidado una sencilla fotografía, acaso de tinte amarillento, con los rasgos desvaídos por el tiempo, recuerdo sin embargo inestimablemente precioso de un ser querido, de quien en una tarde de luto se cerraron los párpados y los labios, se sepultaron los restos, se perdió la presencia sensible; pero del que, a pesar de los años, se cree, mirando aquella pálida efigie, ver resplandecer todavía la dulce mirada, oír la voz familiar, sentir la mano acariciadora.
Queridos recién casados, hermanos de Jesús: que la imagen de su Corazón “que tanto ha amado a los hombres”, sea expuesta y honrada en vuestra casa, como la del pariente más cercano y más amado, y que derrame los tesoros de sus bendiciones sobre vuestras personas, sobre vuestros hijos, sobre vuestras empresas.
“Expuesta y honrada”: esto quiere decir que esta imagen no debe solamente velar sobre vuestro reposo en una habitación privada, sino ser lealmente expuesta con honor: sobre la puerta de entrada o en el comedor, o en la sala de recibir o en otro lugar de paso frecuente. Porque Jesús dice en el santo Evangelio: “A aquel que me confesare públicamente delante de los hombres, también yo le confesaré ante mi Padre que está en los cielos”.
“Honrada”: quiere decir que, ante la preciosa estatua o la modesta imagen del Sagrado Corazón, una mano delicada pondrá, por lo menos de cuando en cuando, algunas flores, encenderá una vela o mantendrá también, como signo constante de fe y de amor, la llama de una lámpara, y que en torno a ella se reunirá cada noche la familia, para un acto colectivo de homenaje, una humilde expresión de arrepentimiento, una petición de nuevas bendiciones.
En una palabra, el Sagrado Corazón es debidamente honrado en una casa, cuando allí es reconocido, por todos y por cada uno, como Rey de amor; lo que se expresa diciendo que la familia le ha sido consagrada. Porque el don total de sí hecho a una Causa o a una persona Santa, se llama consagración.
Ahora bien, el Corazón de Jesús se ha comprometido a colmar de gracias especiales a aquellos que de ese modo se entreguen a Él. “Nuestro Señor me ha prometido —escribía Santa Margarita María Alacoque— que ninguno de cuantos se hayan consagrado a este Corazón divino, perecerá jamás”.
Pero quien se consagra debe cumplir las obligaciones que se derivan de un acto semejante. Cuando el Sagrado Corazón reina verdaderamente en una familia —y verdaderamente tiene derecho a reinar siempre— una atmósfera de fe y de piedad suele envolver en aquella casa bendita a personas y a cosas.
¡Lejos, pues, de ella todo lo que entristecería al Sagrado Corazón: placeres peligrosos, infidelidades, intemperancias, libros, revistas, figuras hostiles a la religión y a sus enseñanzas! Lejos, en las relaciones sociales, aquellas condescendencias hoy demasiado comunes, que querrían conciliar la verdad con el error, la licencia con la moral, la injusticia egoísta y avara con la obligación de la caridad cristiana! ¡Lejos ciertas maneras de caminar por un camino medio entre la virtud y el vicio, entre el cielo y el infierno!
En la familia consagrada, padres e hijos se sienten bajo la mirada y en la familiaridad de Dios mismo; son por lo tanto dóciles a sus mandamientos y a los preceptos de su Iglesia. Ante la imagen del Rey celestial que ha venido a ser su amigo terrestre y su huésped perenne, ellos afrontan sin temor, pero no sin mérito, todas las fatigas que exigen sus deberes cotidianos, todos los sacrificios que imponen las dificultades extraordinarias, todas las pruebas que aportan las disposiciones de la providencia, todos los lutos y todas las tristezas que no sólo la muerte, sino la vida misma, siembra inevitablemente como dolorosas espinas sobre los senderos de aquí abajo.
Queridos hijos e hijas: que pueda decirse esto también de vosotros. Viviendo ya en este mundo unidos a Jesús, recibiéndolo incluso en la Sagrada Comunión, venerando cada día su imagen, no dejaréis la tierra sino para ir a contemplar eternamente la refulgente y beatificante realidad de aquel Corazón divino en el Cielo.
Con tal augurio, y como preludio y prenda de las más abundantes gracias, os otorgarnos a vosotros y a todas las personas queridas, nuestra paternal bendición apostólica.

Meditaciones para los días de la octava de la epifanía.

Meditaciones para los días de la octava de la epifanía. Meditación I De la adoración de los Magos. (5 de enero)   Nace Jesús pobre en un establo;  y si bien le reconocen los Ángeles del cielo,  los hombres de la tierra lo dejan abandonado.  Solos unos pocos pastores vienen a visitarle.  Más el Redentor … Sigue leyendo

MEDITACIONES Para la octava de Natividad hasta la Epifanía.

MEDITACIONES Para la octava de Natividad hasta la Epifanía. Meditación I Del Nacimiento de Jesús. (25 de diciembre)   El nacimiento de Jesucristo trajo una alegría general a todo el mundo.  El fue aquel Redentor deseado por tantos años y con tantos suspiros;  que por esto fue llamado el Deseado de las gentes,  y el … Sigue leyendo

Meditaciones de San Alfonso María de Ligorio para la novena antes de Navidad,

Meditaciones de San Alfonso María de Ligorio para la novena antes de Navidad   MEDITACIONES Para los nueve días antes de la Navidad. Meditación I. (16 de diciembre)   Yo te he establecido para que seas luz de las naciones hasta los extremos de la tierra.  Is.  42, 6. Dedi te in lucem Gentium,  ut … Sigue leyendo

Meditaciones de San Alfonso María de Ligorio para los días de Adviento

Meditaciones de San Alfonso María de Ligorio para los días de Adviento MEDITACIÓN I (para rezar 28 de noviembre)   Y se encarnó por obra del Espíritu Santo, y se hizo hombre. Considera como habiendo criado Dios al primer hombre para que le sirviese y amase en esta vida, y después conducirle a la vida … Sigue leyendo

AMAD AMIGO MIO, AMAD Y AMAD MUCHÍSIMO A MARÍA

Carta de San Antonio María Claret. AMAD AMIGO MIO, AMAD Y AMAD MUCHÍSIMO A MARÍA San Antonio María Claret, año 1807 a 1870, nació en Sallent, y murió en Fontfroide (Francia); Obispo de Santiago de Cuba, fundador de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María. Patrón de tejedores. Carta a un devoto del Corazón … Sigue leyendo

LA VIRGEN DE LA CARIDAD DEL COBRE

Patrona de Cuba – Su fiesta se celebra el 8 de Septiembre  Historia de la devoción a la Virgen de la Caridad del Cobre Alrededor de 1612 ó 1613, unos campesinos que habían ido a por sal se encontraron con una imagen de la Virgen flotando sobre las aguas de la bahía de Nipe. Dichos … Sigue leyendo

ELEVACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD Oración de la Beata Isabel de la Trinidad

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ELEVACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD Oración de la Beata Isabel de la Trinidad Oh Dios mío, Trinidad a quien adoro, ayúdame a olvidarme totalmente de mí para establecerme en Ti, inmóvil y tranquilo, como si ya mi alma estuviera en la eternidad. Que nada pueda turbar mi paz, ni hacerme salir de Ti, oh mi … Sigue leyendo

CONSAGRACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. Oración de Santa Margarita María de Alacoque

CONSAGRACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. Oración de Santa Margarita María de Alacoque Me entrego, y al Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo consagro sin reservas, mi persona, mi vida, mis obras, mis dolores y sufrimientos. Me comprometo a no usar parte alguna de mi ser sino es para honrar, amar y glorificar al Sagrado … Sigue leyendo